
Bien dicen que los hijos son el reflejo de sus padres. En la comunicación organizacional podemos retomar esta idea asegurando que las instituciones son el reflejo de las sociedades donde se conciben. En una sociedad autoritaria las instituciones también tienden a ser autoritarias y, por el contrario, en sociedades democráticas las instituciones son democráticas.
Lo anterior se explica porque el funcionamiento de una organización depende del poder y liderazgo. Todos los procesos que hemos conocido a lo largo de este ciclo dependen de este punto debido a que es lo que garantiza su correcta ejecución. Los que ejercen el poder deben tomar en cuenta los elementos necesarios que le permitan suplir las demandas competitivas del medio.
En nuestra región Centroamericana, por ejemplo, tal como lo explicaba Roxana Martel en la clase, no existen claridad en los planteamientos de las metas en las empresas. Es decir, no se sabe con exactitud lo que se quiere. Para solventar este problema
- Información → Investigación. La información debe ser creada y se debe garantizar su circulación e implementación.
- Conocimiento → Gestión. La información se debe interpretar y transformar por medio de su uso con el fin de resolver las demandas.
- Reconocimiento → Producción. Por medio del trabajo organizacional se garantiza la construcción de una imagen e identidad. Es importante que estas últimas sean coherentes y no caigan en contradicciones que pongan en duda la responsabilidad de la empresa. Al procurar esta se obtiene sentido interno y externo.
Para lograr lo anterior es importante que el poder sea estratégico en la toma de decisiones, que implemente medidas proactivas con los problemas de la organización. Otro aspecto primordial para que el liderazgo sea efectivo es que garantice la participación (aplicando trabajo en equipo, por ejemplo) para que los distintos actores se sientan representados y reconocidos.





